viernes, 1 de marzo de 2013

I. Cumpliendo.


Un día me desperté y me decidí a ser feliz y a empezar a cumplir. Pero no cumplir responsabilidades o cosas muy mundanas, sino cumplirme a mí misma.
                                                                                                                        
Hace un par de meses que empezó el itinerario de esta historia. Un día me levanté habiendo soñado algo particular, que idealizaba desde chica: vivir y trabajar en Buenos Aires. Bueno, ponéle que era un sueño así como de esos que surgen cuando jugamos con muñecas y esas cosas. “Dónde vivís, Carola? -En Buenos Aires”, respondía muy segura y pelotuda, cuando era pequeña.

A mis largos, pero cortos 25 años, empecé mi vida de nuevo. Y recordé ese sueño de juegos, de chiquititas y siestas.

Hoy me puse en campaña para averiguar departamentos en Buenos Aires. Más específicamente en la Zona Oeste, Morón. Me parece que sería lo más parecido a mi ciudad que puede haber… Ese aire de barrio, alejada de los ruidos extremos de la ciudad, los vecinos simpáticos, los negocios de toda una vida, todo lo que necesitaba para más o menos estar bien y sentirme como en casa.

Así como accidentalmente, encontré uno en Haedo. No era lo que tenía pensado, pero para empezar la aventura estaba bueno. Además, cuando soñé que me mudaba -como les conté al principio- vivía en Haedo, así que lo tomé como una buena señal. Un mono ambiente así nomás, que, a juzgar por las pocas fotos, estaba prácticamente a estrenar. Así que, despacito y sin pisar los pianitos, me puse en contacto con la inmobiliaria y acordé que me enviaran más fotos del mono ambiente y la ubicación exacta, así soñaba con el barrio y esas cosas. Por supuesto, sólo le pedí las fotos, no le dije lo de soñar, porque me iban a tratar de drogadicta, claramente.

Eran muchos los interrogantes que se me cruzaban por la mente. 
Primero, si debía hacerlo. 
Segundo, ¿cómo iba a hacerlo?. 
Tercero, ¿cómo iba a hacer para acostumbrarme, adaptarme y demás cosas a un lugar nuevo, distinto? 
Pero, por primera vez en mi vida, no tuve tanto miedo (atentos al “tanto”) y me decidí a emprender la aventura del siglo.


Contarle a mis viejos y a mis amigos, es otra historia, pero sólo les digo que es el paso siguiente. Ah, y mañana les cuento qué onda las fotos (si los ratas me las mandan rápido, claro).

4 comentarios:

  1. El comienzo de una larga aventura por recorrer! suena por demás de emocionante!

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  2. Ya quiero saber como sigue la aventura!!!!!!!!!! Exitos!!

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  3. q lindo, sali a pasear mucho asi nos contas mas, exitos en esta nueva vida q comienza

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  4. Gracias por el interés muchachos! Sigan leyendo. Y tiren buena vibra...qué sé yo lo que deparará el destino.

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