lunes, 10 de febrero de 2014

XXXVII. Desarraigo + Humedad= Carola lluviosa.

El desarraigo y la humedad...mmm, no son buenos amigos para mí.

Hace casi un año que estoy por estos pagos: tengo trabajo, amigarche, nuevos amigos y, ante todo, un futuro por delante en la ciudad que me enamoró desde el primer momento en que la ví -y antes también-. Pero después de todo este tiempo, el desarraigo me pesa. Y mucho. Y mucho más, un día como hoy, tan lluviosito y molesto para los peinados. Menos mal que hoy no tengo que salir a la calle, porque pintaba rodete de acá a la China.

Estoy despierta hace unos cuántos minutos, ya voy por el segundo termo de mate. Con café y azúcar, para que no me caiga tan mal. Ja.

Hoy es mi día de franco, ¿saben? Ayer tuvimos una tarde de locos en el laburo y hoy tengo los pies que no los siento. Me dormí enseguida anoche, cosa que estoy haciendo bastante a menudo, culpa del trabajo también.

La cuestión es que, mientras me pongo al día con esta columna, que la había dejado bien olvidada por cumplir con mis deberes de estado -PERRRRDÓN-; espero que mi hermana se despierte para ir a trabajar y me mande un mensaje de buenos días, como casi todos los lunes, y poder contestarle que la extraño como cada día lluvioso. Porque en Santa Fe teníamos un ritual: cada día de lluvia, hacíamos tortas fritas y tomábamos unos mates en la galería, mientras veíamos la lluvia. 

Por otro lado, mi cabeza no para de pensar. El otro día hablando con Amanda, que dicho sea de paso a falta de trabajo consiguió dos, concluimos en que esta etapa de mi vida, está muy completa. Y que mis días en Haedo han sido más que agradables.

#ASeguirCaminandoCarola